Manifiesto Gastrosófico del Sol de Noite.

Que se enciendan las papilas y estallen las pupilas!

Queremos aromas de colores estridentes, texturas que nos hagan cambiar de piel, sabores de notas infinitas, agudas, graves, picantes, agridulces, cálidas, perfumadas, crocantes, capaces de revolucionar los oídos y de embriagarnos hasta la punta del pie.

Nos aventuramos sin reservas en la búsqueda de la piedra gastrosofal en el camino infinito del goce, borramos las líneas imaginarias que separan al alquimista del pincel y la tinta, bajamos de la falsa altura para volver a mirar de hombro a hombro a la poetisa del día a día, la provocadora, la insurrecta: la cocina.

¡Tenemos hambre de ser! Interiorizamos el mundo a través de la tripa, estimulamos los sentidos, degustamos la vida, masticamos ideas, digerimos sentimientos y percepciones para finalmente expulsar proposiciones para el cambio.

Somos hedonistas, conspiradores de placer, perseguidores incansables de la alegría, provocadores de irreverencia porque nuestra fé es reXistir. ¡Nada como hacerlo tú mismo o hacerlo con otros!1

Comer es una acción análoga al ejercicio del pensamiento, cocinar un acto poético, político y artístico. En cada trozo saboreado devoramos bocados de realidad o fantasía, amor o violencia, sueños o resignaciones, abuso o justicia, cada alimento tiene una historia, un planteamiento social, económico y antropológico.

Nos interesan los personajes que día a día labran la tierra para entregarnos el alimento, les agradecemos por bendecirnos con su arduo trabajo. Aborrecemos a todos aquellos mercenarios que se enriquecen de forma exponenciada gracias al trabajo del honesto.

Nos declaramos erroristas2, maestros de la improvisación. Nuestro método: la deriva; nuestra táctica: el juego; nuestra fuerza: yo, tú, él, nosotros… Nuestro código: el pirata; nuestro mapa: el arte interdependiente.

No tragamos entero, dudamos del statu quo y huímos de las cavernas3. Combatimos a aquellos que están a gusto con la vida4 porque afirman que el agua no es un derecho y sí un bien comercial, nos abstenemos de comprar el elíxir de vida porque uno no compra lo que ya le pertenece y porque no queremos más plástico. Punto.

Apoyamos al pequeño productor, la tienda de barrio, el centro de abastos, el mercado campesino, la cocina artesanal, el cultivo agroecológico, los productos locales y de temporada. Tiramos abajo las cadenas industriales, de comercio y de cualquier forma de opresión instaurada por las multinacionales y el neoliberalismo. Queremos que caigan la economía global y sus tiranos.

¿Héroes? Los guardianes de semillas que custodian el único futuro soberano, una esperanza que parece perdida. ¡Pedimos a los astros que nos guarden de Monsanto, AMEN!

¡Qué viva el atravesado5 y todo aquel que se sumerge en los intersticios y allí encuentra nuevas especias para condimentar la pulpa sosa de la sociedad de consumo! Nos reinventamos día a día, tomamos las calles y ocupamos el espacio público ¡Sean todos bienvenidos, la ciudad es NUESTRA!

Rendimos culto a la Pachamama, a todos los dioses ancestrales, el agua, la tierra, el fuego, el viento, el cielo. Resonamos con todos los astros hermanos, porque somos polvo de estrellas, cuerpos incandescentes sedientos de belleza hecha alimento.

Reverenciamos los frutos divinos desde la cáscara hasta el tallo, gozamos con cada bocanada ácida, dulce y jugosa de una fruta carnosa. Combatimos el desperdicio y desenmascaramos la naturaleza de la escasez orquestada.

Entendemos que la carne no viene en bandeja6. Las verduras y legumbres tampoco. ¡Qué sea el fin del icopor! Sabemos que no existe mejor empaque que el diseñado por la naturaleza, ¡salve creadora todopoderosa! ¿Pitillo? ¿Bolsa? ¿Comida de paquete?

¿Enlatados? ¿Emporios de comida rápida? NO GRACIAS, preferimos vivir.

Estamos al tanto de los intereses de las fármacomafias, ¡no caeremos nuevamente en esa trampa! ¿Pastillas para el dolor de

cabeza? ¿Cápsulas para el alivio instantáneo? NO GRACIAS, preferimos el buen comer.

Reivindicamos la cocina como lugar de encuentro, laboratorio de creación colectiva, núcleo de acción política desde la cultura y red análoga.

Deliramos con cada cucharada de tradición, rechazamos la gourmetización y las falsas poses de la alta gastronomía que sirve y promueve las demandas capitalistas. Abrazamos la simple y bella culinaria, la de casa, la que nos permite viajar através del tiempo y el espacio en el primer contacto con el paladar.

Nos levantamos en contra de los atropellos al consumidor, ¡las letras chiquitas nos insultan! Queremos saber qué comemos, no soportamos más las luces de espectáculo de los supermercados y evitamos con vehemencia poner un pie en aquellos antros.

Que tiemblen los espíritus al tragar porque los nuevos tiempos se aproximan, la revolución de la cuchara está llegando y no viene para dar un giro, lo hace para dar la media vuelta.

Nuevos aromas se aproximan, el Sol anuncia su salida del plato, viene con nuevos horizontes donde instaurar la cocina como un nuevo lenguaje de la plástica, proponiendo un nuevo orden de los sentidos en la interacción del público con la obra ¡buenas aventuras gastrosóficas vendrán!

¡SALUD Y BUEN PROVECHO!

El sur es nuestro norte

Laboratorio Itinerante de Cocina Creativa

  1. Hazlo tu mismo – Do It Yourself (DIY) / Hazlo con otros – Do It With Others (DIWO) 
  2. Internacional Errorista.
  3. La Caverna. José Saramago. 
  4. Slogan de Nestlé. Declaraciones sobre el agua.
  5. El Atravesado. Andrés Caicedo. 1971. 
  6. Obra do Sol de Noite. Videoarte.